Comisiones Obreras de Cantabria | 29 marzo 2024.

CCOO clama contra los excesos de jornada del personal sanitario que acusan el cansancio y el estrés tras dejarse la piel con la pandemia

  • La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios ha señalado que 81 personas que trabajan en la UCI de Valdecilla, de una plantilla de más de 100, acumulan 12.312 horas no disfrutadas ni retribuidas
  • Arantxa Cossío, secretaria general de la Federación: “Es imprescindible cuidar de quienes nos cuidan”
  • El sindicato ha exigido a la Consejería de Sanidad, tal y como hizo por última vez en diciembre sin tener ninguna respuesta, que se abra un espacio de negociación para abordar los excesos de jornada

05/02/2021.
Arantxa Cossío, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores SOciosanitarios de CCOO en Cantabria

Arantxa Cossío, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores SOciosanitarios de CCOO en Cantabria

La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras de Cantabria (CCOO) lo puede decir más alto pero no más claro: es imprescindible que el Servicio Cántabro de Salud (SCS) adopte medidas de carácter urgente contra unos excesos de jornada que se han convertido en el talón de Aquiles de los profesionales de la Sanidad en Cantabria, tanto en Atención Especializada como en los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP).

Unos profesionales que, a pesar de redoblar esfuerzos y estar dejándose la piel con la pandemia originada por el coronavirus, ven como siguen acumulando las horas que les corresponden por vacaciones, por libre disposición o aquellas que nacen de los excesos de jornada sin posibilidad de disfrutarlas ni de que se les compense económicamente como debiera, de forma igualitaria y justa para todos y todas.

Es por ello que la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras en Cantabria ha exigido de nuevo a la Consejería de Sanidad que de forma urgente y sin dilación se abra un espacio de negociación para abordar los excesos de jornada en todas las categorías para acabar con la discriminación que existe en la actualidad. Una negociación que ya pidieron por última vez el pasado mes de diciembre y que ha sido totalmente ignorada por los responsables de la sanidad en Cantabria.

Para CCOO se trata de una práctica cada vez más frecuente en estos tiempos de crisis sanitaria y, como ejemplo, subraya el caso de 81 profesionales, tanto enfermeras como auxiliares de enfermería que trabajan en la UCI de Valdecilla, que durante el año 2020 han acumulado un total de 12.312 horas, casi 8.000 por vacaciones y días de libre disposición no disfrutadas (7.931) y 4.381 por excesos de jornada.

Para Arantxa Cossío, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en Cantabria, “es imprescindible cuidar de quienes nos cuidan. No se trata sólo de una cuestión económica sino de una buena gestión que repercuta en unas óptimas condiciones de trabajo, donde el derecho al descanso esté garantizado, con más contratos, con retribuciones económicas… como sea pero que los profesionales que día a día han estado luchando al pie del cañón contra este virus sientan que se reconoce su labor más allá de los manidos aplausos que, a la vista está, no han servido para nada”.

La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en Cantabria quiere destacar el malestar de muchos de estos profesionales, que les han trasladado su sentir ante la situación que están viviendo. Así, cansancio, hastío, estrés o agotamiento son algunas de las palabras más repetidas por unos profesionales que también han expresado su dificultad para conciliar vida laboral y familiar ante los numerosos cambios de cartelera o al negarles, en muchas ocasiones, la posibilidad de cogerse vacaciones o días de libre disposición ante la falta de personal.

Del mismo modo, quienes día a día se enfrentan a los compases más virulentos del COVID-19 han manifestado a CCOO su estrés y agotamiento desde que comenzara en marzo la pandemia por una labor asistencial diaria condicionada por el uso de Equipos de Protección Individual (EPI), que reducen la visibilidad, imponen una barrera comunicativa y producen aumentos de la temperatura corporal, disnea… etc.

Por su parte, otro agravio del que se quejan los profesionales es la incertidumbre y el estrés que ha supuesto el trabajo en salas reacondicionadas como UCI, pero no COVID, que no estaban preparadas para ello, suponiendo, por tanto, un esfuerzo extra de adaptación y dedicación en pos de mantener la calidad asistencial.

“Sin embargo, nuestros profesionales han demostrado precisamente eso, que son profesionales como la copa de un pino, que han lidiado con todas las dificultades surgidas para hacer su trabajo de la forma más digna posible para, así, también dignificar la situación de los cientos de usuarios que durante la pandemia han necesitado de sus cuidados”, ha subrayado Cossío, que ha dicho que “quizás lo que más les duele es que no se reconozca el tremendo esfuerzo que han realizado en esta situación tan inusual, junto al sentimiento de agravio comparativo por parte del SCS ante el incentivo asignado a otras actividades relacionadas con la asistencia y abordaje de la pandemia”.