Comisiones Obreras de Cantabria | 25 abril 2024.

CCOO y UGT denuncian que Correos aumenta el riesgo de contagio por COVID al rebajar los protocolos de salud para la entrega de correspondencia y propiciar el contacto masivo

  • Con ocasión del final del estado de alarma, la empresa cambia las instrucciones de entrega de miles de envíos bajo firma, obligando a que exista contacto entre la plantilla y las personas destinatarias
  • La medida no se justifica ni fundamenta en ninguna razón legal o sanitaria, y se impone unilateralmente por parte de la dirección de la empresa de manera ilegal

11/05/2021.
Trabajador de Correos.

Trabajador de Correos.

CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios en Correos, han denunciado que la dirección de la empresa ha cambiado las instrucciones de entrega de las notificaciones, burofax ytelegramas, obligando a que el destinatario/a tenga que estampar su firma por dos veces, en el terminal PDA y en el resguardo de papel del acuse de recibo.

Desde el inicio de la pandemia, todos estos envíos no se entregaban bajo firma, sino que se evitaba el contacto físico entre cartero/a y destinatario/a, y se le entregaba el envío previaidentificación fehaciente del mismo, siendo legalmente válida la entrega. Así ocurría conestos envíos, y también con el resto de envíos registrados, como la paquetería, e inclusocon la documentación del voto por correo.

Los sindicatos denuncian que este cambio de operativa, determinado motu proprio porCorreos, sin negociación alguna con los representantes de los trabajadores/as y sin que leobligue ninguna disposición legal o sanitaria, multiplica innecesariamente el riesgo decontagio de los trabajadores/as de reparto, que además se convertirán en un vector decontagio a la ciudadanía, al hacer firmar a un destinatario tras otro en el mismo terminal, ycompartiendo bolígrafos.

La dirección ha implantado este cambio de manera ilegal, alomitir la obligación legal de consultar a los trabajadores/as, a través de susrepresentantes, las decisiones organizativas que puedan afectar a la salud y seguridad dela plantilla. Tras la denuncia, la dirección de la empresa se reafirma en que, a su juicio, noexiste un incremento del riesgo porque el repartidor/a lleva mascarilla y un frasquito degel, y además puede “estirar los brazos” para que le firmen sin riesgo.

La medida se anunció el pasado viernes a última hora sin dar posibilidad de respuesta, y ha entrado en vigor directamente esta misma mañana, causando una gran indignación entre el personal,y sorpresa entre los ciudadanos/as, que reciben los envíos con recelo ante el cambio deoperativa.

En esta ocasión, parece que Juan Manuel Serrano quisiese ponerse al frente de la “política del botellón” desatada por todo el Estado ante el final del estado de alarma, aunque no es la primera vez que transgrede la legalidad en materia de seguridad y salud.

Hace poco más de un año, trabajadores y trabajadoras y sindicatos tuvieron que plantarse ante las órdenes dadas personalmente por el propio Juan Manuel Serrano que obligaba, a pesar de carecer de medidas de seguridad alguna, a la plantilla a salir a la calle a repartir y a atender a la ciudadanía en las oficinas, llegando a negar la necesidad de mascarillas y de otras muchas medidas de seguridad.

Las consecuencias de dichas órdenes llevaron a que el personal de Correos fuese el segundo colectivo más afectado por contagios por COVID, solo por detrás del personal sanitario.

En esta ocasión, el presidente de Correos vuelve a demostrar su desprecio a la ley y que lo único que le importa es mantener la producción de la empresa sin importar la salud de la plantilla, ni en Correos, ni en otras empresas del grupo empresarial, como Correos Express, en la que se contrata a personas trabajadoras autónomas que progresivamente van asumiendo el trabajo del personal de la empresa matriz, en lo que solo puede calificarsecomo una devaluación y precarización del empleo.

CCOO y UGT recuerdan que, desde el pasado mes de abril, se han iniciado movilizaciones en Correos para exigir al Gobierno, que es el responsable último de garantizar el servicio postal a la ciudadanía, que corrija la nefasta gestión de recortes emprendida por Serrano, que abocan a la empresa pública a un cambio de modelo de servicio público, hacia otro logístico y de paquetería en el que prime solo la rentabilidad.