Comisiones Obreras de Cantabria | 25 abril 2024.

DELEGADXS: LA FUERZA DE CCOO EN CANTABRIA

15 años de activismo sindical en una banca en pleno proceso de reconversión

    01/06/2021.
    Antonio Arias, delegado de CCOO en el Banco Santander

    Antonio Arias, delegado de CCOO en el Banco Santander

    Antonio Arias Desiré sabe que está en un sector privilegiado si se compara con otros compañeros y compañeras de la Federación de Servicios a la que pertenece. Delegado de CCOO desde 2016, primero en el Banco Popular y, tras la absorción, en el Banco Santander, dice que, no obstante, el sector financiero al que pertenece está en un proceso de desmantelación que comenzó en 2008 y donde se han destruido, desde entonces, más de 100.000 empleos.  

    Se afilió a CCOO hace 15 años, por afinidad a un compañero del Banco Popular que era delegado y le convenció de los beneficios de sindicarse. Después, comenzó a ir en la parte baja de las listas a las elecciones sindicales hasta que los compañeros se fueron jubilando y se convirtió en delegado en 2016.

    A partir de entonces, dice que su principal función es estar en el día a día de las oficinas para conocer los problemas de los y las compañeras. “Tratamos de visitarles y que nos cuenten sus problemas. Trabajamos en un sector que tradicionalmente ha tenido un convenio muy fuerte, con muchos beneficios económicos y sociales, y que se consiguió hace muchos años. Los ERE se negocian desde Madrid y nosotros aquí lidiamos con otros problemas como, por ejemplo, la prolongación de la jornada laboral, con los problemas de conciliación familiar derivados”, señala Antonio.

    “Al final el banco hace ERE porque la gente prolonga la jornada laboral. Si no se prolongara sería imposible seguir haciendo las mismas cosas pero con menos gente porque la digitalización tampoco puede con todo. En realidad la propia plantilla nos estamos tirando un tiro en los pies y nosotros tenemos que hacer una labor de mucha concienciación”, apunta Antonio, quién reconoce que “es difícil porque en un proceso de reestructuración la gente tiene miedo a ser el siguiente en salir si no alarga la jornada”. 

    A esta prolongación de la jornada laboral se suman otros problemas como la presión comercial, las malas formas, las amenazas o las faltas de respeto de determinados mandos intermedios. De ahí que se sienta muy orgulloso de haber conseguido reunir al Comité de Empresa para, por unanimidad, enviar un escrito muy duro denunciando las formas y modos en las que se trataba a la red de sucursales. 

    Dice que la afiliación ha bajado porque mucha de la gente que ha salido en los sucesivos ERE, en general, de la banca, tenía una gran tradición sindical que a la gente joven le cuesta más. “La última gran huelga de la banca se hizo en los años 80, yo tenía 5 años. La gente joven del sector no conocemos lo que es la movilización y yo creo que entre las causas de la poca conciencia sindical está el hecho de que a las propias entidades bancarias no les interesa, prefieren individualizar las condiciones y en muchos casos les ha funcionado porque en general falta conciencia social”, añade Antonio.

    A pesar de que las condiciones de salida de la gente que se acoge al ERE son muy buenas, nunca hay que sentirse orgulloso de firmarlo. “Parece ser que la única forma de arreglar la cuenta de resultados sea destruyendo empleo”, manifiesta Antonio, que asegura que la sindicación es imprescindible porque “juntos somos más fuertes y, si el banco está interesado en individualizar condiciones, lo normal es que a la plantilla nos interese lo contrario”.

    “La única forma de demostrar que tenemos apoyo es con el número de afiliados o con el porcentaje de trabajadores y trabajadoras que vota al Comité. Es la manera de tener más representatividad y legitimidad y más en un sector que está experimentando una reconversión del estilo al que vivió la minería o la siderurgia en los años 80”, sentencia Antonio. 

    Insiste en que se han conseguido muy buenas condiciones económicas de salida, especialmente para la gente de más de 55 años que se aseguran las cotizaciones a la seguridad social hasta la jubilación pero lamenta que se trata de un proceso que va a continuar porque la tendencia del mercado lleva a ello. “No sé cuando vamos a llegar a la instalación mínima que quieren de redes, sucursales, empleados… espero que más pronto que tarde pero en todo este proceso hay que apelar a la responsabilidad de las empresas”, exige Antonio.

     

    En tiempos de pandemia

    Sobre la pandemia dice que a pesar de ser considerados un sector esencial fue consciente desde el principio que ellos iban a ser considerados los villanos y que nadie iba a salir a aplaudirles cada tarde a las 8. “Tampoco queremos un reconocimiento porque al final nadie se siente héroe por realizar su trabajo, se ve con más normalidad”. 

    En cuanto a las condiciones de trabajo durante la pandemia “no nos podemos quejar. La compañera que lleva el tema de Seguridad y Salud en el comité estatal nos ha facilitado enormemente la labor al resto de delegados. Se ocupó de que hubiese todas las coberturas necesarias y las recomendaciones del banco, promovidas por esta compañera, eran sensatas”, concluye.