Comisiones Obreras de Cantabria | 6 febrero 2025.

SALUD LABORAL

El registro de enfermedades profesionales en Cantabria rompe la tendencia estatal al descender las notificaciones en un 12,32%

  • La infranotificación sigue siendo la tónica dominante ya que en 2024 sólo se comunicaron 491 partes en la región, una cifra aún inferior a la registrada en 2023, cuando fueron 560
  • Laura Lombilla: “Es más que evidente que existe un subregistro y es contradictorio que sean las mutuas las encargadas de reconocer las enfermedades derivadas del trabajo cuando también son ellas las que tienen que asumir la prestación económica que conlleva”

16/01/2025.
Gráfico de la evolución de enfermedad profesional

Gráfico de la evolución de enfermedad profesional

El subregistro de las enfermedades producidas en el trabajo es una de las principales deficiencias del sistema preventivo español. La infranotificación es más que evidente y en Cantabria, además, en 2024 siguen comunicándose menos partes. Según los datos provisionales del sistema CEPROSS (Comunicación de las Enfermedades Profesionales en la Seguridad Social), recientemente publicados en la web del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el año pasado se comunicaron en Cantabria 491 partes, un 12,32% menos que en 2023, cuando se registraron 560.

Cantabria es así la segunda comunidad donde más desciende el registro de partes, situándose solo por detrás de Cataluña (-19,13%), y rompe la tónica estatal donde, aunque de forma más ralentizada, sigue incrementándose cada año el número de partes comunicados, siendo en 2024 un total de 26.993 (25.625 en 2023).

“Hay muchas causas detrás de esta escasez en el registro de enfermedades en el trabajo. Van desde la dificultad de establecer nexo de causalidad entre la enfermedad y las exposiciones laborales, a la desactualización del cuadro de enfermedades profesionales, tanto en patologías como en actividades laborales relacionadas. Además, es contradictorio que sean las mutuas las encargadas de reconocer las enfermedades derivadas del trabajo cuando también son ellas las que tienen que asumir la prestación económica que conlleva. Nunca van a ver enfermedad si son ellas las que tienen que pagar”, ha apuntado Laura Lombilla, secretaria de Salud Laboral de CCOO de Cantabria.

En 2024 se mantiene la distribución de partes en función de los grupos de enfermedad. Las producidas por agentes físicos siguen constituyendo la gran mayoría, con un 71,7% del total, seguidas muy de lejos por las causadas por agentes biológicos, con un 17,1%, las enfermedades de la piel causadas por sustancias y agentes no comprendidos en alguno de los otros apartados (4,6%), las causadas por agentes químicos (3,2%), las causadas por inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados (2,6%).

“Como es habitual, las enfermedades profesionales por exposición a agentes cancerígenos se sitúan a la cola con sólo tres casos reconocidos. Seguimos insistiendo en que existe una clara infradeclaración de las enfermedades profesionales. Ya no son sólo las preocupantes cifras de siniestralidad sino que también hay que lamentar que cada vez se reconocen menos casos de relación de patologías con los efectos del trabajo, algo especialmente sangrante en los casos de cáncer, como se puede comprobar en estas estadísticas”, ha señalado Lombilla.

PERFIL MAYORITARIAMENTE FEMENINO

Además, desde el sindicato se ha subrayado que las enfermedades profesionales tienen un perfil mayoritariamente femenino. En 2024, los partes de las trabajadoras ya supusieron el 56,8% del total, mientras que si se analizan los sectores de actividad, servicios es el sector que acumula la gran mayoría de los partes comunicados con un 60,65%, seguido de la industria (26,85%) y la construcción (11,57%) y a gran distancia del sector agrario (0,93%).

En cuanto a tramos de edad, el mayor número de partes de enfermedad se concentra de 45 a 49 años con 99 partes, seguido de cerca por las personas con edades comprendidas entre los 50 y 54 con 98.

“No se hace más que hablar del absentismo culpabilizando a las personas trabajadoras cuando en realidad una parte del problema es el escaso reconocimiento de las enfermedades profesionales”, ha concluido Lombilla.